La comunicación educativa en el proceso de enseñanza aprendizaje permite acrecentar en el estudiante su participación y creatividad, constituye una variante de comunicación interpersonal que posee grandes potencialidades formativas y desarrolladoras de la personalidad, produciendo cambios internos y conductuales a corto, mediano y largo plazo por ser un proceso continuo y sistémico, implicando la unidad de lo afectivo, lo cognitivo y lo conductual.
La actividad docente-educativa constituye un indiscutible acto comunicativo, por tal razón se deben respetar las leyes que la misma precisa, en tal sentido cada sujeto que participa debe estar consciente del papel que juega en el mismo una vez como emisor, otras como receptor pero siempre en un proceso de retroalimentación en la que alumnos y docentes se alternen las funciones, sin desestimar los criterios de los otros y sin obviar el encargo de orientador que el tutor debe cumplir , pero no siempre ha sido asumida desde este punto de vista.